miércoles, 20 de febrero de 2008

LEJOS DE CUBA


No son largos sus dedos
al menos no tan largos
como la suerte que dibuja un océano
entre ella y las calles del Vedado
entre ella y el diente de perro en 16
entre ella y la palabra entonces.
La mano una caricia sobre el negro y el blanco
sobre el hedor sin fondo del Almendares seco
sobre los techos de Cubanacán.
Como la rosa como el perfume
así era ella
son y guajira en el aire extranjero
contradanza y montuno en la melancolía
de un amor que se hizo ajeno en 12 y 23
y de otro amor resucitado en la calle Concordia.
Como lo triste como una lágrima
así soy yo
el ceño se contrae
nota a nota se desgrana el clarinete.
El pie redobla el ritmo
e inaugura otra espera
otro pozo en la fuga y en el pecho.
Como lo triste como una lágrima
así soy yo.

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