miércoles, 20 de febrero de 2008

ALVARO MUTIS




Álvaro Mutis nace en Bogotá, el 25 de agosto de 1923, en el seno de una familia diplomática.
En 1925, a causa de la profesión de su padre, viaja con su familia a Bélgica, país al que llega con apenas 2 años de edad.
Allí residirá hasta los nueve, fecha en la que su progenitor fallece repentinamente a los 33 años. En Bruselas están los mejores recuerdos de su padre; "de él heredé, entre otras cosas, el gusto por los buenos vinos y la buena cocina, por la tertulia y los buenos libros, y también su admiración por Napoleón", afirma el poeta y narrador colombiano.
La temprana desaparición del marido determinó que su madre decidiera abandonar Europa y regresar a Colombia para dedicarse a la hacienda "Coello", que acababa de heredar.
Salir de Europa fue para Mutis una gran pérdida. Europa era, en aquellos años, su mundo, mientras que Colombia era sólo un lugar donde pasar vacaciones de donde siempre se regresaba. Su fascinación por el mar, los barcos y el viaje tiene origen en esos desplazamientos de Europa a Colombia, realizados en pequeños barcos mitad de carga y mitad de pasajeros.
A su regreso, Álvaro Mutis no terminará sus estudios escolares, iniciados en Bruselas en el colegio jesuita de San Michel, y dedicará casi todo su tiempo a la lectura de libros de Historia, principalmente, y de aventuras.
A los dieciocho años Mutis contraerá matrimonio con Mireya Durán, con quien tendrá tres hijos, y empezará a trabajar en los oficios más diversos. Desde entonces se dio cuenta que no iba a vivir de la literatura, pero, al mismo tiempo, fue consciente de su vocación por las letras.
Empieza muy joven a colaborar en revistas literarias . Siendo locutor de la Radio Nacional de Colombia, compuso su primer poema, del que sólo queda este verso: "Un dios olvidado mira crecer la hierba"; ahí empezó su carrera literaria, en la que había una fuerte influencia de los escritores surrealistas.
Sus primeros escritos aparecen en la revista "Vida" de la Compañía Colombiana de Seguros, donde fue jefe de redacción y colaborador con pequeños retratos sobre Joseph Conrad, Alexander Pushkin, Antoine de SaintExupéry y Joachim Murat; también en ésta publicó su primer obra; el poema "La creciente".
En 1947, publica su primer libro de poemas, "La balanza", en colaboración con Carlos Patiño.
Por esta época Mutis asistía a las tertulias del café "El Molino", "Asturias" o de "El Automático", donde se encontrará con dos generaciones de poetas: los Nuevos y los de Piedra y Cielo. Mutis no pertenece a ninguna de ellas, aunque encontrará más afinidades literarias (André Malraux, Albert Camus, Enrique Montherlant) con los Nuevos, que con los de Piedra y Cielo, concentrados en la Generación del 27.
En 1953 publica "Los elementos del desastre", un poemario donde aparece por primera vez su emblemático personaje Maqroll el Gaviero, uno de los grandes hitos de la literatura en lengua española de este siglo.
Debido al manejo caprichoso de un dinero que la multinacional para la que trabajaba asignaba a obras de caridad, y que Mutis usó como si fuera suyo en quijotadas culturales, no siempre con base en una necesidad real, fue demandado por la compañía. Ante esta situación, su hermano Leopoldo, Casimiro Eiger y Álvaro Castaño Castillo, le arreglan un viaje de emergencia hacia México, país que desde entonces (1956) es su lugar de residencia.
A México llega con dos cartas de recomendación: una dirigida a Luis Buñuel y otra a Luis de Llano; gracias a éstas, consiguió trabajo como ejecutivo de una empresa de publicidad, y luego fue promotor de producción y vendedor de publicidad para televisión, y conoció en el medio intelectual mexicano a los que han sido sus amigos en ese país: Octavio Paz, Carlos Fuentes y Luis Buñuel, entre otros.
A los tres años de su llegada a México, se hicieron efectivas las demandas en su contra y Mutis fue detenido y encarcelado en la cárcel de Lecumberri, durante 15 meses. Su experiencia en la cárcel cambió del todo su visión del dolor y el sufrimiento humanos. Hacia 1960 inicia un viraje hacia la prosa con "Diario de Lecumberri", escrito en la cárcel mexicana.
A los pocos años de salir del penal, se casa con Carmen y se convierte en gerente de ventas para América Latina de la Twentieth Century Fox, y luego de la Columbia Pictures, hasta que en el año 1988 se retira y puede dedicarse a leer y a escribir.
Desde entonces, publica un libro cada año.
Ha sido galardonado con numerosos premios a lo largo de su dilatada carrera. Así, en 1974, obtiene el Premio Nacional de Letras de Colombia y, en 1985, consigue en México el Premio de la crítica de Los Abriles, por su libro "Los emisarios". En 1989 ganó en Francia el Premio Médicis Étranger con La Nieve del Almirante (1986), considerado el mejor libro traducido al francés ese año, y recibió la Orden de las Artes y las Letras en el grado de Caballero de parte del gobierno de ese país.
En 1997 obtiene el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y, posteriormente, en el año 2001 es galardonado con el Premio Cervantes de Literatura.

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